El espanto de Ocumare

Cuentan los antiguos lugareños de Ocumare que hace mucho tiempo, cuando no existia la luz eléctrica y los caminos eran de piedra, un poblador de la región, a quien lo sorprendió la noche camino a su vivienda y de un segundo a otro, en la oscuridad y la soledad del camino, el individuo creyó oír un estraño ruido y sintió una presencia que le puso la carne como piel de gallina. Ya asustado, cuando volteó vio una figura de aspecto siniestro que lo perseguía a toda carrera, este espanto solo lo dejo en paz cuando llegó a la entrada del pueblo. Este fantasma los pobladores lo conocen como “el espanto” o “el diablo”.